Pesca a la española

Adrian Osso, guía de la zona de San Martín de los Andes y amigo de El Pozón, nos regala un relato de una de sus salidas de pesca. Presten atención a cada detalle para ir palpitando la temporada 2010/2011!

El 8 de febrero tenía una reserva para una flotada del Rio Chimehuin. El día 7 a la noche conocí a mis clientes españoles Ramón Arias y su hija Eva Arias, ultimamos detalles, permisos de pesca, lentes, gorras, no dejamos detalle por revisar.

Los pase a buscar por el hotel donde se alojaban y ahí comenzó la charla de pesca, a los pocos minutos me di cuenta que Ramón era un buen pescador, quien me comento que quería hacer pescar a su hija  Eva, ya que tenía “muy poca experiencia casi nada”. Con Ramón continuamos la charla, aproveché para preguntarle si le gustaban  las moscas atadas con “gallo de León de España”, los llamados “tricopteros españoles”, puesto que los pescadores  españoles están acostumbrados a pescar todo con moscas chicas secas y ninfas en anzuelo 18 y 16 y14 y tipet 5x o 6x, realmente es una pesca muy fina con equipos livianos #3 y #4, a esto considero una pesca “delicada”. Obviamente Ramón me deleitó con sus comentarios y descripciones de las famosas moscas y de la técnica tan sutil y efectiva que utilizan para pescar con ellas.

Como a mí me gusta este estilo de pesca y se de la efectividad de las moscas españolas, siempre tengo  algunos tricopteros con gallo de León y algunos caddis con cdc ,que al empezar la jornada de pesca mostré a  Ramón, quien sin dudar un segundo ato una de ellas en su caña, a Eva le propuse para sus primeros intentos una ninfa copper jones.

Ramón saco la primera trucha  arco iris y a los  5 minutos otras dos truchitas chicas, todas con mi mosca española llenándome de orgullo el haberla atado. Eva, a esta altura, no lograba tomarle la mano al lanzamiento. Continuando con la flotada, nos detuvimos en una corredera ideal para ninfas, tirando rio arriba dejando derivar la mosca Eva tubo seis piques de los cuales logró concretar tres, estas fueron sus primeras arco iris, fuertes, vivaces, con varios saltos que hicieron trabajar su equipo #4.

Ramón seguía capturando truchitas de 300gr y 500gr, realmente disfrutaba de esta pesca delicada, se lo notaba “chocho”.
Con el pasar de las horas propuse cambiar la mosca de Eva, era el momento de intentar con una seca, atamos una relativamente mediana, una stimulator en anzuelo #12. Posicioné a Eva a un bracito del rio chimehuin con poca agua, realizó diez lanzamientos hasta que por fin puso la mosca bien pegada a la barranca. Eva aún no tenía seis horas de pesca y ya dejaba notar a grandes rasgos que se trataba de una pescadora tenaz, perfeccionista, sin dudas tenía en su sangre el mismo gusto por la pesca que su padre Ramón. Con la mosca pegadita a la barranca tubo un pique franco de una trucha de buen porte que al tomar la mosca dio una corrida cortando. Ramón observaba en detalle, disfrutaba de la pesca de Eva, al ver el corte de la trucha exclamó por reflejo “que lastima Eva! era una buena trucha”.

Avanzando con la flotada, Ramón captura una marroncita de 600gr, hacía varias truchas que estaba satisfecho, pero continuaba con su pesca persiguiendo la posibilidad de dar con “una de las grandes”. En una corredera caudalosa, realmente fuerte, aguas abajo decidí parar y pescar de vadeo con ninfas.

A Eva la posicioné en el rápido, con una ninfa de stone fly en anzuelo #12, dejaba derivar la mosca una y otra vez, sin lograr captura alguna. Cambiaba de posición, aguas abajo, una y otra vez derivando la mosca con prolijidad en cada posición que tomaba, de repente un pique firme! y una corrida rio arriba de unos diez metros, deteniéndose en el medio de la corredera. Eva gritaba, abrumada por la reacción de la trucha, al mismo tiempo que consultaba “¿qué hago?!”, le respondí en todo bajo “tranquila, tranquila”, buscando bajarle las pulsaciones, “si te pide línea largale, despacio no la fuerces y no le aflojes al mismo tiempo, tenes que estar atenta a sus movimientos”, aún con sus pulsaciones a mil y sus nervios explotando Eva lograba captar lo que le indicaba. Casi rompiendo este instante de calma estalló una segunda corrida rio abajo, que por suerte pudo sacar del rápido. Ya fuera del rápido la trucha se refugió en un pozón, la pelea que regalaba esta aguerrida trucha a Eva tenía todos los condimentos que un pescador busca en cada clavada, lentamente Eva logró acercarla hasta su posición hasta que al fin! pude encestarla en el copo, era una trucha marrón que rondaba el kilogramo.
Eva mostraba una sonrisa que se suelo ver en los pescadores que salen ganadores en peleas con truchas, inmediatamente busqué la cara de Ramón, dejaba ver que había palpitado cada minuto de lucha de Eva con la trucha.
Un dato curioso, al sacar la foto me di cuenta que la trucha tenía una marca en su cuerpo, daba la impresión como si se tratara de un corte al rededor de su cuerpo, prestando más atención esta marca recorría toda la circunferencia del cuerpo de la trucha. Ya sosteniéndola en mis manos, pude ver que tenía una tanza colgando, le saque la mosca y la metí el copo con la intención de atenderla dentro del agua. Prestando atención a la tanza me di cuenta que la trucha se había enlazado tiempo atrás, sin poder quitárselo de su cuerpo, con el pasar del tiempo la trucha crecía y la tanza se le “encarnaba” mas y mas, a tal punto que le crecían las escamas y la tanza le quedaba de bajo de ellas, opté por cortar un extremo de la tanza y con cuidado logre quitarla de la herida de la trucha. Por suerte esta vivaz trucha marrón se encontraba muy saludable, logramos reanimarla fácilmente, cumpliendo con lo mas gratificante de esta pesca: “la devolución”.

Ahora solo faltaba que  Ramón tenga un poco de acción. Al atardecer tubo una seguidilla de piques, logrando capturar tres truchas mas. Quedaban solo 30 minutos para terminar la jornada, ya nos encontrábamos en la hora mágica del atardecer, el sol dejaba entrever sus últimos brillos, justo en este instante empezó una eclosión de caddis, un regalo del río chimehuin para dos pescadores que visitaban nuestras aguas desde muy lejos, a si que decidimos atar secas godard caddis, logrando resultados inmediatos. Ramon perdió una trucha grande que logro escapar cortando tu tipet, de todas maneras padre e hija culminaron la jornada capturando cuatro arco iris de entre 300gr y 700gr.

Si bien utilizamos varios tipos de moscas las que predominaron fueron las confeccionadas con plumas de gallo de león, puedo decir que tuvimos una Pesca a la española!, en uno de los ríos mas lindos de nuestra cordillera el Chimehuin.FIN