Scouting en el Caleufú

Decidimos realizar un scouting a este río ya que lo visitamos frecuentemente en la temporada de pesca, que comienza el primero de noviembre, es muy común ir entre colegas guías de pesca con mosca a verificar como están los ríos, la pesca y las pasadas por donde navegamos a remo.

Salimos de San Martín de los Andes
9.30 hs con cuatro embarcaciones.

Después de una hora de recorrido pasando por Meliquina llegamos a este río en el lugar llamado Los Álamos.

Apenas recorridos 100 metros de río, mi amigo Hugo Jara (uno de los mejores guías de pesca con mosca de SM) sacó la primer trucha de la jornada y de la temporada de pesca que fue una linda marrón que dio buena lucha. Después de pasar unos rápidos y recorrer unas horas de río y sacar once truchas en nuestra balsa, paramos a realizar un picnic y compartir relatos con nuestros colegas. Fue unánime: el río estaba perfecto y las truchas muy activas a pesar de que a principio de temporada hay mucha agua y corre con mucha fuerza, haciendo más difícil a la pesca y obligando al empleo de lineas de hundimiento muy pesadas para lograr que la mosca baje.

Luego de almorzar y descansar, continuamos la flotada donde mi amigo y muy buen guía de pesca Marcelo Martín, , se detuvo en una corredera de esas para poner en un cuadrito, allí logró capturar otra buena trucha marrón muy bonita.

Las truchas tanto arco iris como marrones seguían tomando streamers bien cargadas con bighead y conehead, tipo wolly bugger lastradas con cristal flash y patas de goma colores verde oliva, negro, marrón o combinados, las rabbits matukas, no se quedaban atrás.

Al atardecer relajamos en una orilla para armar campamento, pasar la noche y festejar el inicio de una nueva temporada.

La mañana siguiente nos recibió con un clima nublado y con mucho viento pero no nos preocupamos ya que todos habíamos pescado más de 25 ejemplares por balsa.

Luego otra vez al río para llegar al lugar del puente roto donde esta la salida.

Faltando solo una hora para terminar la jornada metí la mosca entre dos piedras y sentí un fuerte tirón, luego una estrepitosa corrida de unos 20 metros río arriba me di cuenta de que se trataba de una buena trucha marrón, que pude reducir gracias a la pericia de otro guía y amigo Eduardo Bizner que remando hacia la orilla me permitió manejar a ese pez, que nos mantuvo en vilo hasta el final. Cuidadosamente la regresamos al agua donde desapareció al estilo de las marrones, con esa violencia característica de la especie; esa era la ceraza del postre.